El santafesino Pablo “Indio” Pereyra, el francés Jean Pierre Rives y el español Larry Karlin tienen algo en común: los tres son rugbiers y han elegido, como modo de expresión, las bellas artes. La comunión de los polos opuestos y los matices emergentes que proveen un deporte duro -que requiere fortaleza y valentía- y un oficio que demanda permanentemente sensibilidad…

Lawrence Karlin, el retratista

Otro ejemplo más es el de Lawrence Karlin, un artista plástico licenciado en bellas artes que juega como forward (ala o segunda línea) en el Rugby Club Rioja de España. Ha realizado numerosas exposiciones en New York, así como en otras partes del mundo, siendo representado por la galería Chasin Find Arts. Entre otras distinciones, ha recibido el primer nacional de pintura Camino de Santiago en el año 2007 y el VI concurso de pintura al Aire Libre San Roman de cameros, obteniendo el primer premio en julio de 2006. Ha vivido en diferentes países del mundo: Australia, Nueva Zelanda y Latinoamérica.

Sus cuadros, algunos de ellos en torno el rugby, hacen contemplar en él a un retratista consuetudinario, de condiciones excepcionales y con una formación académica admirable. Transita del paisaje al retrato sin esfuerzo y con una técnica sumamente depurada, aunque desprovista del hiperrealismo académico.

Las pinceladas, pensadas y colocadas en lugares precisos, resuelven formas, volúmenes y texturas. Posee una paleta de colores algo melancólica y agradable, sin estridencias cromáticas, pero de acertada elección. Pinta sabiendo lo que hace y por qué lo hace.

En el campo del deporte juega, curiosamente, en el mismo puesto que Rives, el de ala, por lo cual es el encargado de tacklear con firmeza, recuperar pelotas, llegar a todos lados y ser el pulmón del equipo. Este puesto en el rugby debe ser ocupado por jugadores que no claudiquen jamás, duros por naturaleza que, muchas veces, tienen la obligación de contagiar y cargarse el equipo al hombro.

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